Sergio Argüello,
poeta invitado,
Guatemala
Después del adiós
(A Lupita)
Duerme, duerme para siempre,
junto a mi corazón,
ahí está tu lecho, mullido, tibio;
Yo velaré tierno, insomne,
Sigue flotando en su latido
cadadía...cadadía...cadadía...
Mañana al amanecer mis ojos
mantendrán tus flores frescas,
iré a ti...
dormiremos.
Ya es mucho caminar
también estoy cansado.