Héctor Estrada Franco,
poeta invitado,
Guatemala
A un poeta
(29/01/2025)
Cuando la meta la tenemos enfrente
podemos seguir y atravesarla
diciendo adiós serenos y satisfechos.
O detenernos.
Regresar.
Entonces, poeta,
si no te atreves a dar
los últimos pasos
¡levántate!
Gritá que aún hay versos
por ser escritos
y alientos para ser escuchados.
Pero aceptá la soga que te dan
para aferrarte y no caer
a lo profundo.
Agradecé con humildad
de bardo heroico
los esfuerzos y lágrimas
que vierten sobre la debilidad
temporal de tu existencia.
Y si no es temporal, poeta,
si la belleza de la metáfora
ya no es suficiente,
enfrentá lo inevitable.
Que tu vida no se arrodille
ante la muerte
porque nada le debés.
Tu vida de hilos creativos
tuvo conciencia de las injusticias
y las combatiste
con palabras esculpidas.
Tu vida vio las maravillas
en una flor, en un ocaso,
en un amor
y todo lo convertiste en un poema.
Nada tenés que pagarle a la muerte.
Si es hoy, si es mañana
abrile los brazos sin temor,
en paz serena, plácida, valiente.
Miles de millones se te han adelantado
y no hay fantasmas
en ninguna oscuridad.
Ahora, poeta, hoy,
tu ánimo y tu cuerpo
deben flotar en la calidez
de las manos que te apoyan.
Y si la meta está cuesta abajo
¡camarada!
dame un abrazo y esperame
en los senderos que no existen.