Guatemala
De la lluvia y el río en la palabra
(En Intimidades del agua, 18 de febrero de 2012)
Mientras haya lluvia beberé
esencias rotundas
verticales
calmaré la sed que es de palabra
para decirlo todo
o casi lo circundante
aquello inatrapable, indefinible,
indescifrable como el visitador de los sueños
o como el pájaro negro de la mañana
o tal vez como toda la poesía
en su alta montaña azul con su pluma de viento
Mientras haya río hundiré mis manos en su caricia
en agua nueva plena de historia vieja
de cuentos tristes superficialmente extraños
ese meandro de solitaria transparencia
colmará por fin estos poros
por donde mira la luna mis huesos
¿Y estos ojos?
estos ojos no sé si serán todavía los míos
se van por caminos recónditos
resbaladizos
por lágrimas e irritaciones del coraje
llevan la piel cansada estos ojos de años
con los pasos en falso
con las creencias caídas
con los sueños apalabrados que se crecen como ciervos perseguidos
¿Ah!, triste, fiera y tierna poesía si te pudiera tocar
con estos dedos que saben escribir tu nombre al umbral de la flor
junto a los senderos mil veces andados
pero huyes, oscureces los parajes de viento
ocultas tu resplandeciente plumaje creador del verso
y muere el azacuán migrante sin desplegar siquiera sus alas
Es cuando tenemos que hablar crudeces
hablar de justicia implacable
de convertir tu rubor de beso en feroz tinta de aliento;
así llego a ciegas por el agua
en la madre lluvia a tu cosmos enigmático
para convocarte y para que convoques.
(Somos tu palabra; tú sólo nuestra boca, nuestras manos que laboran).