Francisco Garzaro,
Guatemala
Podría escribirte dulces palabras
(Junio de 2012)
Te diría:
“Me llenas de olvido
de olvido me llueves
mojado de olvido
quererme no puedes.
Aún arde la huella. Tu mirar
centella
¿adónde va al viento tu beso?
del aire quisiera llevarlo a mis labios
sorber su miel tu azúcar
¡oh! si supieras
cuánto día a día,
costeña,
te extraño”
Pero llevo un perro hambriento
atado al esternón
que se me muere siempre
y un pajarillo enterrado en el jardín
muy alto alojado en las torres
de fantasía distante
además un árbol llevo
–pequeño y viejo–
en el corazón o tal vez
en la memoria
de campánulas rojas.
Asunto serio muchacha
porque amo al perro
al pajarillo
al árbol
a las campánulas rojas
¿ves?…
Cómo entonces escribir “te amo”
en dulce tinta,
si duele un carajo
llora sangre la vida
será quizás al llevar
como ella –la que tanto amo–
en la vida
un perro
un pájaro,
cuando
florezcan
por fin
en ti
dos
tres
campánulas rojas.