Guatemala
(En el 498 aniversario de fundación de la ciudad de La Habana)
Elogio de La Habana
(Marzo de 2008)
I
Melodías de viento acarician el puerto
resuena la mar en espuma,
La Habana no duerme, descansa,
-dicen-
sólo escucha el danzón.
Cavilan los viejos la esquina de noche
dormitan las calles de dominó;
es Habana Centro otrora elegante
cuando el imperio abrazaba su mar.
Hoy sólo medio cierra los ojos La Habana
destella el Caribe en su faz;
pregunta al malecón en abril por su amor,
responde la brisa, el mar, el mar.
Habana Vieja
mira
al turquesa mar;
que si Martí que si el Ché
que si Camilo
que si Fidel;
el invierno es joven cubano
porque llueve en abril;
canta el mar, levanta a La Habana al despuntar el día,
llueve en Cuba en bolero la luna,
llueve el sol en motivos de son.
II
Si Martí no murió en prisión
vivió por Cuba y el mar,
de un tiro cayó Martí
en pelea por Cuba y la mar;
asegurar puede
La Habana esta verdad
que Martí por Cuba y su mar
ofrendó bravío la vida.
Olor a mar perfuma a La Habana que vio preso a Martí,
que vio preso a Martí la vieja Habana
que si verde que si azul que si turquesa viste el cubano mar,
que vio preso a Martí en la Habana vieja.
Largas calles camino incansable, curioso, sediento
anchas, anchas, las calles por toda La Habana
bullicio, música, sonrisa
gracia cubana
la nota es blanca y es negra,
blanquinegra la gente cubana
que vi en las calles de la hermosa Habana.
Qué difícil es cantar cuán linda es esta ciudad
el sentimiento oprime
apaga la garganta
es asombro y puro gusto;
el flautín, el piano, el contrabajo
el laúd, el tres...
mas algo hay que plantear
para cantar esta belleza cubana.
III
Enorme urna cristalina guarda al Granma singular
ése llegado del mar parte de la vida cubana;
no lejos tras el adiós del sol
a las nueve resuena el cañón
junto al gran ojo erguido de piedra
por el que mira La Habana.
Como se ve esta ciudad salina
tendida en su amante horizonte;
al dormir la tarde en celajes es beso de espuma,
y es mujer esbelta que brilla en tus ojos
su lecho de luces.
Ella abraza tu mirar, no puedes alejarte;
...volveré -pronuncias,
volveré a La Habana más luego que tarde,
porque al estrechar tu ser
al rozar tu piel esta ciudad baluarte,
no habrá nada tan grande para olvidarla,
ni urbe imperial ni esplendor que valga
pues ella vive tranquila en tu memoria, te abraza,
besa tu pensamiento y repite siempre cálida su llamada
¡ven! -pronuncia en alto la revolucionaria Habana,
y vas de nuevo contento a sus plazas,
a sus bullicios, a su esquina caliente.
IV
Qué diferencia entre la una y la otra
entre nuestra Habana fraternal, rebelde,
y otra llamada Little Havana,
cuasi barrio cubano a medias cubano-americano
esa pequeña, esa agresiva, esa altisonante burbuja;
nada que ver sólo culto al oro,
comprar, comprar, tener, tener
una rara manera de sentirse seguro
en esa falsa alegría prestada
hermanos vestidos de yanquis.
Pero en La Habana la que respiro la que camino,
por toda La Habana miras a Martí
en sus cielos en sus plazas en su mar;
qué dignidad martiana repetida entre la gente:
ondea en su cielo la hermana bandera cubana
y el Ché jamás está ausente;
allá junto al bravío mar,
allá donde se alza en oleajes al besar sus muros,
allá vive La Habana donde sueña
en sus Versos sencillos
Martí nuestro futuro.
Nota: Este poema se publicó por primera vez el 17 de septiembre de 2008 en Mesa de Poesía.