Miguel Crispín Sotomayor,
Cuba.
Dos poemas de Las campanas doblan por los vivos (2011, inédito)
Unos y otros
Algunos plantan su figura en lo alto
y se rezan,
hasta hacerse divinos.
Otros corren sin saber su destino
y un camino encharcado,
una puerta cerrada o párpados caídos:
detienen su carrera.
Aquéllos son los dioses
los demás
tan solo feligreses.
Cantan las bestias
Hay un canto
que acompaña al garrote y la picana
que rebota en la mazmorra
y se mezcla con la sangre
y el dolor.
Es un canto que revuelve las entrañas
que se envuelve con los gritos
y la muerte lo devuelve.
Es un canto tenebroso
y aún se escucha
el cantar de sus cantores.