Blog-hábitat para la poesía y otras expresiones de la palabra en la diversidad literaria bajo la dirección de Francisco Garzaro. Historiador en aprendizaje permanente; aprendiz de guitarrista, de fotógrafo, de poeta...

Mesa de Poesía publica a colaboradores y colaboradoras más o menos permanentes e incluye con frecuencia a poetas invitados. Cuenta también con una sección de Narrativa breve, artículos y otras expresiones de la palabra. Para ir a esa sección simplemente utilice el vínculo que con tal propósito está localizado en la parte superior derecha de esta portada. Para volver a la página de inicio localice el vínculo correspondiente en la sección antes mencionada.

Esperamos que su encuentro con la poesía en este blog sea de su agrado.

Nuestro saludo desde Latinoamérica para el mundo.

29 de marzo de 2011

Animal herido, Francisco Garzaro

Francisco Garzaro,
Guatemala

Animal herido
(Marzo de 2011)

Míralo bien, muchacha,
apártalo
no sea que quieras
de súbito
dejarte consumir
cuando trepen sus fieras manos tu talle
lleguen vibrantes hasta tu cuello
sus dedos jueguen ahí entonces
perdidos
en tu cabello suelto
y muera el día en tu boca.

Míralo bien,
si resistes pronto morirá,
huye,
su beso provoca flores
despierta pájaros,
colores a montones
embrujos,
si resistes pronto morirá.

15 de marzo de 2011

Esta tarde, Francisco Garzaro

Francisco Garzaro,
Guatemala


Esta tarde
(14 de marzo de 2011)


Esta tarde tiene de usted
la luz, tiene sus ojos,
tiene sus pájaros
tiene el crepúsculo
    así como el viento;

Sonríe esta tarde como usted,
cuando la miro;

Esta tarde es ternura como sus manos
    junto a las mías.

Esta tarde la lleva a usted
    al rincón de la noche para amarla
en mi nombre,
esta tarde besa 
como usted pudiera 
besarme
esta tarde.

1 de marzo de 2011

Hasta siempre, Francisco Garzaro

Francisco Garzaro,
Guatemala


Hasta siempre
(Marzo de 2011)

                         –A Nina, Liuba, In Memoriam–


Tu voz grave, Nina,
y la ternura de tu palabra
resonarán para siempre.

Se dijo que ibas tendida, 
cubierta en flores sobre una bandera
con un río de gente.

Yo te pensé en la memoria.

Te abracé fuerte con esa extraña 
triste alegría
que uno siente en los adioses.

Recordé nuestras florecitas centelleantes, guanacas.

Estuve lejos, tarde;
no te vi la última vez entre los torogoces
con las nubes costeras y nuestras 
golondrinas negras.

Adiós, Liuba, 
entre el brillante acero
quiero imaginar tus manos en alto
en sonoro aplauso.

Hasta siempre.